sábado, 4 de diciembre de 2010

Antonio Gamoneda


Guadalajara (México), 3 dic (EFE).- El escritor Antonio Gamoneda, uno de los nombres esenciales de la Literatura en lengua española del siglo XX, cree que, si la poesía "es creación y revelación", no hace demasiada falta el conocimiento previo porque "la realidad poética se produce a partir de la nada".
Gamoneda habló hoy de ese género literario al que ha dedicado la vida en un encuentro con la prensa, que tuvo lugar pocas horas antes de que este escritor, cuya infancia estuvo marcada por la pobreza y el horror de la Guerra Civil española y la posguerra, mantenga un diálogo con otro grande de la poesía y también Premio Cervantes: el argentino Juan Gelman.
Acompañado por la poeta española Esperanza Ortega, Gamoneda, nacido en Oviedo (norte de España) en 1931, pero afincado en León desde los tres años, desgranó algunas de las claves de su poética y defendió con ahínco esa poesía "que nace de la pobreza", como nació la suya, la de Miguel Hernández, Camoes o César Vallejo.
La poesía marcada por la pobreza fue uno de los ejes centrales de su discurso de recepción del Premio Cervantes, en 2007, y hoy matizó que no es que nazca de ella, sino que hay un tipo de poesía "que es peculiar y que en cierto modo es exclusiva de la pobreza".
Y, como ejemplo, citó al poeta español Miguel Hernández, del que este año se conmemora el centenario de su nacimiento, y recitó una de "las estrofillas" de las "Nanas de la cebolla", escritas "cuando estaba en la cárcel y sabía los padecimientos" que pasaban su mujer y su hijo.
"En la cuna del hambre/ mi niño estaba./ Con sangre de cebolla/ se amamantaba", decía Gamoneda con su hermosa y grave voz para preguntarse a renglón seguido: ¿puede un poeta que no haya pasado privaciones escribir estos versos? "No podría hacerlo sin mentir", aseguró Gamoneda, para quien este "sencillo ejemplo" invita a pensar quizá que "hay una poesía que nace de la pobreza".
"Existe una cultura de la pobreza, una literatura que es privativa de la pobreza", y "ese fenómeno", afirmó Gamoneda, se advierte "nada menos que en Cervantes. El Quijote es una continua sucesión de poesía narrativa en la que hay opresores y oprimidos, ricos y pobres".
También hay, añadió el autor de "Arden las pérdidas", escritores "solidarios con la pobreza", que pueden hablar de ella en sus obras pero no la han padecido, y en ese grupo incluyó a autores como Mario Vargas Llosa o Jaime Gil de Biedma.
Esperanza Ortega terció también en la conversación para decir que "el poeta en sí mismo es un pobre siempre, aunque no padezca hambre; es un ser inerme que no cuenta con bagaje ni seguridad".
Gamoneda, Premio Cervantes, Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana y Prix Européen de Littérature, reconoció que no conoce bien la poesía latinoamericana ni, en concreto, la mexicana, más allá de la de grandes poetas como Octavio Paz, José Emilio Pacheco, Juan Gelman o Sor Juana Inés de la Cruz.
La culpa no es suya sino de "los imperativos" del mercado editorial, que no favorecen "mecanismos de intercambio" entre España y América.
Pero, independientemente de que no haya leído la obra de muchos poetas hispanoamericanos, sí cree que, "afortunadamente para ellos, no se han dejado llevar por una tendencia que en España tiene más de cincuenta años y que nació en la posguerra: la de la poesía social", que persiste en "la vocación realista del lenguaje".
Este escritor disiente de ese tipo de poesía, "aunque haya nombres con espléndido nivel", y está más cerca de la experiencia mística de San Juan de la Cruz, "inseparable de la poética".
En uno de sus poemas, San Juan hablaba de "un no saber sabiendo", de "un entender no entendiendo", de "un no sé qué", citó Gamoneda sin pretender ser fiel a esos versos. Pero de lo que sí está seguro es de que esas palabras son "la mayor aproximación universal que se haya hecho a la naturaleza del pensamiento poético".
"Así anda la poesía, afortunadamente perdida, extraviada", concluyó el gran poeta asturleonés.

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