sábado, 5 de febrero de 2011

Agencia Literaria 0ºC - Quienes y por qué



NandoNan y un servidor somos los autores de esta página.

Anda... ya malicias desde tu proverbial perspicacia: "estos no dicen quiénes son, algo ocultan". Muy listo (muy lista, niña). Pues claro que algo ocultamos: nuestros nombres y nuestra identidad.

"Sus motivos tendrán", rumias ahora en tu privilegiado cráneo. Efectivamente, querido Holmes; tenemos nuestros motivos. El principal de ellos: vivimos de esto. No de este blog, claro, a ver si nos entendemos. Vivimos de lo que buenamente -más bien malamente -, ganamos con el oficio de escribir. Nandito es periodista y guionista y un servidor novelista. Alguna cosilla tenemos publicada, ¿no, Nandín? Alguna película lleva su nombre en los créditos y alguna novela mía -la modestia para quien la necesite -, se ha vendido en librerías con la faja de "Premio.... .....". Rellenad los suspensivos con el galardón literario más roñoso que se os ocurra y poned el año que os apetezca. Erraréis por poco.

Total, que estábamos en que vivimos de este oficio de limón a bocados crudos y que, lógicamente, no nos apetece lo más mínimo que las editoriales, las agencias literarias (he estado a punto de escribir "las agentas", mira tú), los prebostes de los suplementos culturales, los críticos (esa profesión aún existe, lo juramos), y algún que otro sheriff de la Iglesia Universal de la Sumisión Internáutica (Fernando Valls o Anika EntreLibros mismo), nos cojan más asco del que ya nos guardan y nos pongan más cruces de las que tenemos merecidas. En ese apartado, Nandito me gana por 147 a 96, de palizón.

Hace unos meses conversábamos ambos sobre todo este mamoneo (con perdón por lo rústico y coloquial de la expresión), y ambos coincidimos en idénticas consideraciones. ¿Por qué nadie dice la verdad, nunca, a la gente que acude a la creación literaria con toda la ilusión y las ganas del mundo, aunque sus credenciales y bagaje, de momento, sean solamente esas: ilusión y ganas?

-Muy fácil, mendrugo -me decía NandoNan -. Porque si toda esa gente supiera desde el principio lo que se cuece en estas cocinas, y cómo se cuece y quién cocina, se acabaría la cantera; y los que manejan la sartén ... -seguimos con los símiles culinarios, tan sencillitos ellos, tan a mano siempre -, necesitan que unos cuantos miles de ilusos se rompan la cabeza durante años y años contra el mismo pilón para, de vez en cuando, "rescatar" a dos o tres y convertirlos en novedosos, atónitos triunfadores en un mundo donde todo lo importante para ellos sucedía, justo, cuando ellos no estaban.

-¿Y los demás, los muchísimos que perecen el camino, ateridos por el desaliento? -pregunté a Nandodemialma, sinceramente preocupado por la magnitud de la catástrofe. (Lo de "sinceramente" es un decir por decir, uno tiene conciencia pero no es Teresa de Quel Cul Tu Ha).

-A los demás, que les den -respondió NandoNan, también afectadísimo.

-Pues algo se podría hacer al respecto -propuse sin ningún entusiasmo -. Por ejemplo: abrir un blog y empezar a nombrar con todas las letras y todos los números del DNI/NIF lo que nadie les dice y, seguramente, ni ellos mismos quieren oír.

Nandodemisentretelas quedó un rato pensativo. Pasado el lapso, porque Nandito suele tener varios lapsos al día (casi tantos como lapsus las novelas de Saramago), me interrogó:

-¿Y qué ganamos nosotros con eso?

-Eso, amado mío, te lo cuento en voz baja. Muy, muy bajita.

(No creáis que pensamos hacer esto por amor al arte: somos zorras viejas y sabemos buscar el click aunque la habitación parezca a oscuras, faltaría más; pero bueno, este detalle no es asunto vuestro).

Y eso es lo que hay, queridos aspirantes a la gloria literaria, al estilo de vida Zafón (dentro de un orden alimentario) y al exceso orgiástico de Grandes risotadas en la noche madrileña. ¿Es eso lo que queréis? Pues os vamos a decir la purísima y requeteputa verdad: si vais o no por buen camino.

A lo mejor, incluso, entre vosotros hay alguno, o alguna, o algun@s, o varios y vari@s, que están interesados en la literatura y la narrativa de verdad, no en vivir de los bolos y los derechos de autor aunque publiquen novelas de corcho y escriban con el culo (así como tener cuatro o cinco asuntos sentimentales al año, todos ellos derivados de su irresistible glamour artístico, de pasar mucha pena en la lluviosa tarde de la despedida pero de haber echado extraordinarios polvos en hoteles cojonudos). Anda, que se os ve el plumerín, piratas...

Vale, es difícil hacerse a la idea de que a alguien le interese en serio la literatura, pero cabe dentro de lo razonable. Si es así, igualmente pensamos escuchar al enajenado.

Para eso ha nacido, y para nada más, la universalmente desconocida Agencia Literaria 0ºC.

Ya os contaremos batallitas. En concreto os adelanto la próxima: cómo me las arreglé para ganar mi primer premio literario. Una carambola que... pero ya lo detallo mejor en otro post.

Ciaito, prendas.

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