miércoles, 2 de febrero de 2011

Eduardo Mendoza

ADN - 2/2/2011

El barcelonés Eduardo Mendoza, ganador del último Premio Planeta de Novela con "Riña de gatos. Madrid, 1936", ha asegurado hoy que siempre ha vivido "convencido", como el resto de los escritores, de que "algún día, alguien va a descubrir la impostura" y se dará cuenta de que él es "muy malo".

"Pasa un día más y nadie lo ha dicho. Cada día abres el periódico y el titular será 'Desenmascarado'", ha afirmado en rueda de prensa Mendoza, que participa esta tarde en Málaga en el ciclo "Letras capitales" del Centro Andaluz de las Letras.

Después del Planeta, todavía no sabe cuál será su próxima novela, ya que se considera "muy lento" y, pese a que al leer la lista de sus obras puede parecer que ha tenido "una vida muy esforzada", si se divide por el número de años que lleva publicando, cualquierA se da cuenta, dice, de que es "un vago tremendo".

Con este premio, como con todos los importantes, "hay un antes y un después", según Mendoza, que cree que incluso a él, después de "tantos años escribiendo", le ha "cambiado un poco casi la escala".

"Lo noto incluso en mi propio barrio, donde todo el mundo me ve cada día, y parece que soy una figura digna de estatua. Los premios abren puertas y plantean un desafío, y ahora qué. A mi edad y a estas alturas, que me pregunten qué voy a hacer está muy bien, indica que hay interés o curiosidad, y da un subidón".

El "cambio tecnológico" que se avecina en la literatura le preocupa "relativamente", en el sentido de que los nuevos soportes "cambien, por ejemplo, la medida de los ingresos de los escritores, como ha sucedido con los cantantes y los discos o con el cine".

Por el contrario, no le preocupa el "hecho literario", que "cambiará como ha cambiado tantas veces y se adaptará a las nuevas formas", ha apuntado Mendoza, que no prevé "una idiotización general de la Humanidad ni un analfabetismo global".

Respecto a la posibilidad de llevar sus novelas al cine, el escritor, que cree que la versión cinematográfica de "La ciudad de los prodigios", de Mario Camus, "objetivamente no salió bien", ha subrayado que, "para que salga una chapuza", prefiere "que no salga nada", porque se lleva "unos disgustos muy grandes".

A su juicio, sus novelas son "muy engañosas", porque están "llenas de peripecias, aventuras, coches y pistolas, y parece que será muy fácil llevarlas al cine, pero luego resulta que son mucho más literarias de lo que parecen", y además "son tremendamente caras".

"Lo peor -dice- es que siempre las veo solo en una sesión de preestreno, y preferiría verlas en una sesión de tarde con mucha gente. Cuando se encienden las luces, ¿qué cara pongo?, con lágrimas, y todo el rímel corrido de ver esa película espantosa".

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